Se encuentra usted aquí

1/10- Día Mundial de la Hepatitis C

1 DE OCTUBRE - DIA MUNDIAL DE LA HEPATITIS C

 

Desde el Departamento de Salud y Calidad de Vida, dependiente de la Dirección General de Bienestar Universitario, se recuerda que en el día 1º de octubre se conmemora el DIA MUNDIAL DE LA HEPATITIS C.

El virus de la hepatitis C causa infecciones agudas y crónicas. Por lo general, las nuevas infecciones son asintomáticas. Algunas personas padecen hepatitis aguda, que no produce una enfermedad potencialmente mortal. Aproximadamente un 30% (15%-45%) de las personas infectadas elimina el virus espontáneamente en un plazo de seis meses, sin necesidad de tratamiento alguno.
En el 70% (55%–85%) restante se producirá una infección crónica por el VHC, y en estos casos el riesgo de padecer cirrosis oscila entre el 15% y el 30% en un plazo de 20 años.
 

Datos y cifras

  • La hepatitis C es una enfermedad del hígado causada por el virus del mismo nombre (VHC): el virus puede causar hepatitis aguda o crónica, cuya gravedad varía entre una dolencia leve que dura algunas semanas y una enfermedad grave de por vida.
  • La hepatitis C es una importante causa de cáncer hepático.
  • El virus de la hepatitis C se transmite a través de la sangre: la mayoría de las infecciones se producen por exposición a pequeñas cantidades de sangre. Ello puede ocurrir por consumo de drogas inyectables, prácticas de inyección o de atención sanitaria poco seguras, transfusión de sangre y productos sanguíneos sin analizar, y prácticas sexuales que conllevan contacto con sangre.
  • Se estima que en el mundo hay 71 millones de personas con infección crónica por el virus de la hepatitis C.
  • Un número considerable de las personas con infección crónica sufrirán cirrosis o cáncer de hígado.
  • La OMS estimó que en 2016 murieron unas 399 000 personas debido a la hepatitis C, sobre todo por cirrosis y carcinoma hepatocelular (cáncer primario del hígado).
  • Los antivíricos pueden curar más del 95% de los casos de infección por el virus de la hepatitis C, lo que reduce el riesgo de muerte por cáncer de hígado y cirrosis, pero el acceso al diagnóstico y el tratamiento es limitado.
  • En la actualidad no existe ninguna vacuna contra la hepatitis C, pero las investigaciones en ese ámbito continúan.

Transmisión

El virus de la hepatitis C se transmite por la sangre. Generalmente se transmite:

  • por consumo de drogas inyectables y por compartir el material de inyección;
  • por reutilización o esterilización inadecuada de material médico, sobre todo jeringas y agujas, en entornos sanitarios;
  • por transfusiones de sangre y productos sanguíneos sin analizar;
  • por prácticas sexuales que conllevan exposición a la sangre (por ejemplo, entre hombres que tienen relaciones homosexuales, en especial los que están infectados por el VIH o los que toman profilaxis contra esta infección antes de la exposición).

El VHC también se puede transmitir por vía sexual y puede pasar de la madre infectada a su hijo, aunque estas formas de transmisión son menos frecuentes.
La hepatitis C no se transmite a través de la leche materna, los alimentos o el agua, ni por contacto ocasional, por ejemplo, abrazos o besos o por compartir comidas o bebidas con una persona infectada.

Según estimaciones de la OMS, en 2015 hubo en el mundo 1,75 millones de nuevos casos de infección por el VHC (23,7 por 100 000 personas).

Síntomas

El periodo de incubación de la hepatitis C puede variar de dos semanas a seis meses. Tras la infección inicial, aproximadamente un 80% de los casos son asintomáticos. Aquellos con sintomatología aguda pueden presentar fiebre, cansancio, pérdida de apetito, náuseas, vómitos, dolor abdominal, orina oscura, heces claras, dolores articulares e ictericia (coloración amarillenta de la piel y la esclerótica ocular).

Pruebas y diagnóstico

Como las nuevas infecciones por el VHC suelen ser asintomáticas, pocos son los casos diagnosticados cuando la infección es reciente. A menudo, la infección crónica también queda sin diagnosticar porque se mantiene asintomática durante decenios, hasta que aparecen síntomas secundarios al daño hepático grave..

Prevención

 

Prevención primaria

No existe ninguna vacuna eficaz contra la hepatitis C; la prevención depende de la reducción del riesgo de exposición al virus en el entorno sanitario y en los grupos de población de alto riesgo, como los consumidores de drogas inyectables y los hombres que tienen relaciones homosexuales, en especial los que están infectados por el VIH o toman profilaxis contra esa infección antes de la exposición.
A continuación se enumeran algunos ejemplos de intervenciones de prevención primaria recomendadas por la OMS:

  • uso apropiado y seguro de las inyecciones en el entorno sanitario;
  • manipulación y eliminación segura de objetos cortopunzantes y desechos;
  • prestación de servicios integrales de reducción de daños para los consumidores de drogas inyectables, en particular mediante el suministro de material de inyección estéril y el tratamiento eficaz y de base científica de la dependencia;
  • análisis de la sangre donada para detectar el VHB y el VHC (además del VIH y la sífilis);
  • prevención de la exposición a la sangre durante las relaciones sexuales, en particular con el uso sistemático del preservativo;

Prevención secundaria

Para las personas infectadas por el VHC, la OMS recomienda:

  • información y asesoramiento sobre opciones asistenciales y terapéuticas;
  • vacunación contra las hepatitis A y B para prevenir la coinfección por esos virus y proteger el hígado;
  • tratamiento médico temprano y adecuado, con antivíricos si procede; y
  • seguimiento periódico para diagnosticar precozmente la enfermedad hepática crónica.

Fuente OMS https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/hepatitis-c